viernes, 21 de noviembre de 2008

España probará en 2009 la vacuna anticoca

Público, 20/11/2008

Una decena de hospitales españoles participarán a partir de marzo de 2009 en un ensayo clínico para demostrar la efectividad de una vacuna contra la adicción a la cocaína. Según explicó ayer la delegada del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas, Carmen Moya, el estudio, coordinado por José Pérez de los Cobos, del Hospital Sant Pau de Barcelona, tendrá una duración de un año y en él participarán 170 pacientes, todos adictos de la cocaína que hayan expresado su deseo de abandonar esta droga.
Se trata de una vacuna terapéutica, lo que significa que estará indicada para las personas consumidoras con un problema de adicción y en ningún caso tendrá finalidad preventiva entre la población general.
A juicio de Moya, si el ensayo da sus frutos, se podrán resolver muchos de los fracasos que ahora se registran con los abordajes tradicionales de esta adicción, relacionada con 800 muertes al año en España.
En este sentido, el especialista Carlos Álvarez Vara, de la Comisión Clínica del Plan Nacional sobre Drogas, explicó que este fármaco experimental supone “una luz en el túnel del fracaso de la farmacología” relacionada con esta sustancia.
De hecho, según el informe sobre cocaína de la Comisión Clínica del Plan Nacional sobre Drogas, en cuya presentación se realizó el anuncio de la vacuna, todavía “no se dispone de ningún fármaco capaz de bloquear los efectos de la cocaína en el organismo ni de facilitar la abstinencia”, por lo que el abordaje de la adicción se realiza de forma mixta, con tratamientos sintomáticos y terapia psicosocial.
Soluciones para el adicto
Sin embargo, si la vacuna, desarrollada por los laboratorios Celtic Pharma bajo la denominación TA-CD, supera con éxito los ensayos clínicos, “las cosas pueden cambiar, sobre todo para el adicto más problemático”, señala Álvarez Vara. “No hay razón para que no funcione”, agrega.
Por el momento, esta vacuna experimental ya se ha probado en Estados Unidos en un pequeño grupo de 18 pacientes, a los que se les administró durante 14 semanas. Tres cuartas partes de los adictos vacunados pudieron dejar de consumir sin sufrir efectos secundarios indeseados. Además, después de seis meses, tanto los que recayeron como los que no señalaron que la sensación de euforia al volver a consumir no era tan fuerte como antes de la vacunación.
La principal dificultad que tiene el diseño de una vacuna contra la adicción a la cocaína es el bajo peso molecular de esta droga, que impide al organismo crear anticuerpos para combatirla una vez penetra en el organismo.
Por ello, según Álvarez Vara, la vacuna asocia una molécula de cocaína con una proteína, lo que permite a la combinación entre ambos elementos alcanzar el peso molecular necesario.
Al inyectarse, el organismo genera anticuerpos que funcionan “como comecocos anticocaína”, en palabras del experto. Cuando el individuo vacunado esnifa cocaína, los anticuerpos impiden a la droga superar la barrera hematoencefálica y llegar al cerebro. Dicho de otra forma, “en el camino desde el pulmón hasta el cerebro, los comecocos absorven la cocaína, que no produce el placer esperado”, explica Álvarez Vara. Después, se elimina por la orina.
Por su parte, el secretario general de Sanidad, José Martínez Olmos, destacó que la cocaína “no es una droga inocua”, sino que “produce graves daños para la salud”. “Al final, la cocaína termina controlando la vida de las personas”, aseveró.

miércoles, 19 de noviembre de 2008

Carta a un maltratador

> Fernando Orden Rueda 2º de Bachillerato, de Ciencias de la Salud. IES
> Bioclimático, de Badajoz. II Premio del II Concurso Nacional 'Carta a un
> maltratador', convocado por la Asociación 'Juntos contra la violencia
> doméstica'
>
>
> Para ti, cabrón: Porque lo eres, porque la has humillado, porque la has
> menospreciado, porque la has golpeado, abofeteado, escupido, insultado…
> porque la has maltratado. ¿Por qué la maltratas? Dices que es su culpa,
> ¿verdad? Que es ella la que te saca de tus casillas, siempre
> contradiciendo y exigiendo dinero para cosas innecesarias o que detestas:
> detergente, bayetas, verduras… Es entonces, en medio de una discusión
> cuando tú, con tu 'método de disciplina' intentas educarla, para que
> aprenda. Encima lloriquea, si además vive de tu sueldo y tiene tanta
> suerte contigo, un hombre de ideas claras, respetable. ¿De qué se queja?
>
> Te lo diré: Se queja porque no vive, porque vive, pero muerta. Haces que
> se sienta fea, bruta, inferior, torpe… La acobardas, la empujas, le das
> patadas…, patadas que yo también sufría.
>
> Hasta aquel último día. Eran las once de la mañana y mamá estaba sentada
> en el sofá, la mirada dispersa, la cara pálida, con ojeras. No había
> dormido en toda la noche, como otras muchas, por miedo a que llegaras,
> por pánico a que aparecieses y te apeteciera follarla (hacer el amor
> dirías) o darle una paliza con la que solías esconder la impotencia de tu
> borrachera. Ella seguía guapa a pesar de todo y yo me había quedado
> tranquilo y confortable con mis piernecitas dobladas. Ya había hecho la
> casa, fregado el suelo y planchado tu ropa. De repente, suena la
> cerradura, su mirada se dirige hacia la puerta y apareces! tú: l a camisa
> por fuera, sin corbata y ebrio. Como tantas veces. Mamá temblaba. Yo
> también. Ocurría casi cada día, pero no nos acostumbrábamos. En ocasiones
> ella se había preguntado: ¿y si hoy se le va la mano y me mata? La pobre
> creía que tenía que aguantar, en el fondo pensaba en parte era culpa
> suya, que tú eras bueno, le dabas un hogar y una vida y en cambio ella no
> conseguía hacer siempre bien lo que tú querías. Yo intentaba que ella
> viera cómo eres en realidad. Se lo explicaba porque quería huir de allí,
> irnos los dos…Mas, desafortunadamente, no conseguí hacerme entender.
>
> Te acercaste y sudabas, todavía tenías ganas de fiesta. Mamá dijo que no
> era el momento ni la situación, suplicó que te acostases, estarías
> cansado. Pero tu realidad era otra. Crees que siempre puedes hacer lo que
> quieres. La forzaste, le agarraste las muñecas, la empujaste y la
> empotraste contra la pared. Como siempre, al final ella terminaba
> cediendo. Yo, a mi manera gritaba, decía: mamá no, no lo permitas. De
> repente me oyó. ¡Esta vez sí que no!–dijo para adentro-, sujetó tus
> manos, te propinó un buen codazo y logró escapar. Recuerdo cómo cambió tu
> cara en ese momento. Sorprendido, confuso, claro, porque ella jamás se
> había negado a nada.
>
> Me puse contento antes de tiempo.
>
> Porque tú no lo ibas a consentir. Era necesario el castigo para educarla.
> Cuando una mujer hace algo mal hay que enseñarla. Y lo que funciona mejor
> es la fuerza: puñetazo por la boca y patada por la barriga una y otra
> vez…
>
> Y sucedió.
>
> Mamá empezó a sangrar. Con cada golpe, yo tropezaba contra sus paredes.
> Agarraba su útero con mis manitas tan pequeñas todavía porque quería
> vivir. Salía la sangre y yo me deb! ilitaba. Me dolía todo y me dolía
> también el cuerpo de mamá. Creo que sufrí alguna rotura mientras ella
> caía desmayada en un charco de sangre.
>
> Por ti nunca llegué a nacer. Nunca pude pronunciar la palabra mamá.
> Maltrataste a mi madre y me asesinaste a mí.
>
> Y ahora me dirijo a tí. Esta carta es para tí, cabrón: por ella, por la
> que debió ser mi madre y nunca tuvo un hijo. También por mí que sólo fui
> un feto a quien negaste el derecho a la vida.
>
>
> Pero en el fondo, ¿sabes?, algo me alegra. Mamá se fue. Muy triste, pero
> serenamente, sin violencia, te denunció y dejó que la justicia decidiera
> tu destino. Y otra cosa: nunca tuve que llevar tu nombre ni llamarte
> papá. Ni saber que otros hijos felices de padres humanos señalaban al mío
> porque en el barrio todos sabían que tú eres un maltratador. Y como todos
> ellos, un hombre débil. Una alimaña. Un cabrón.